La alineación y el balanceo son dos procedimientos esenciales para mantener el óptimo estado de los autos, especialmente para asegurar la durabilidad de la suspensión y de las ruedas. Aquí te contamos todo.
Aunque a menudo se realizan juntos en el mismo servicio, es crucial entender que la alineación y el balanceo no son lo mismo. Yo sé, me sorprendió mucho la primera vez que me enteré.
El proceso de alineación tiene como objetivo verificar el ángulo de las ruedas en relación con las demás, garantizando así un contacto adecuado con la superficie de la carretera en todo momento.
Por otro lado, el balanceo de las ruedas se encarga de asegurar la distribución equitativa del peso sobre las ruedas, ya que un desequilibrio en las ruedas puede dar lugar a vibraciones, un desgaste excesivo de los neumáticos o daños en la suspensión.
Dado que estos procedimientos son cruciales para el funcionamiento correcto de un auto, es esencial conocer con precisión cuándo deben llevarse a cabo.
La alineación de las ruedas, también conocida como alineación de dirección o alineación a secas, es un proceso fundamental en el mantenimiento de un vehículo automotor.
Consiste en ajustar los ángulos y la posición de las ruedas delanteras y traseras de un vehículo de manera precisa y adecuada según las especificaciones del fabricante.
El objetivo principal de la alineación es asegurar que las ruedas estén perfectamente perpendiculares al suelo y paralelas entre sí, lo que permite que el vehículo ruede de manera recta y uniforme cuando el volante está en posición neutral.
El balanceo, en el contexto de los vehículos automotores, se refiere al proceso de equilibrar las ruedas y neumáticos para asegurarse de que tengan un peso uniformemente distribuido.
Esto se logra mediante la colocación de pequeñas contrapesas en la llanta o la rueda, de manera que se compense cualquier desequilibrio que pueda existir debido a variaciones en la distribución de peso del neumático, la llanta o la válvula.
El objetivo principal del balanceo de ruedas es eliminar las vibraciones no deseadas que pueden sentirse en el volante, el asiento o el piso del vehículo, especialmente a altas velocidades.
Estas vibraciones pueden ser causadas por pequeñas diferencias de peso en las ruedas o neumáticos, lo que provoca un desequilibrio que se manifiesta como una vibración molesta durante la conducción.
Ahora llegamos a la parte interesante. Cuándo tenemos que hacerle este auto.
La forma más fácil es reconocer las señales comunes de desalineación y desequilibrio que pueden indicar problemas en tu vehículo antes de que afecten gravemente su rendimiento.
Bien, ahora ya sabemos las señales de alerta, hablemos de tiempos, que es un poco más fácil de poder reconocer.
Las señales de alerta, son literalmente, alertas. Lo que quiere decir que tienes que ir de inmediato a hacerle una alineación y balanceo. Pero idealmente, no quieres llegar a ese momento.
Por esta razón, se aconseja llevar a cabo la alineación y el balanceo cada 10,000 kilómetros o dos veces al año, en ambos ejes del vehículo, es decir, tanto en las ruedas delanteras como en las traseras.
Si una de las ruedas tiene un ligero desplazamiento hacia adentro o hacia afuera o una inclinación diferente, no solo provocará un desgaste excesivo en las demás ruedas, sino que también hará que el vehículo tenga un comportamiento impreciso, lo que aumenta el riesgo de accidentes de tránsito.
En resumen, la alineación y el balanceo son dos procedimientos cruciales para el mantenimiento de un vehículo.
Es importante realizarlos de forma regular y cuando se detecten problemas para mantener un vehículo en óptimas condiciones.